Angel Sanz Briz, español ante el holocausto
En 1993, Steven Spielberg con la oscarizada película “La lista de Schindler” nos recordaba la figura de Oskar Schindler, que salvó a unos 1.200 judíos del holocausto nazi. Sin embargo, muchos otros héroes más o menos anónimos, hicieron una labor de igual o superior mérito a la realizada por Schindler; Tal es el caso de la figura del español Angel Sanz Briz, y es que se estima que el diplomático salvó la vida de alrededor de 5.200 judíos húngaros durante el año 1944, período en que Alemania tomó el control de Hungría.
Angel Sanz Briz, (Zaragoza, 1910) fue destinado en 1939 como encargado de negocios en El Cairo, hasta que en 1943, fue trasladado como secretario a la legación española en Budapest, donde se convirtió en el nuevo Encargado de Negocios asumiendo la representación diplomática española en 1944.
Desde su puesto puso en práctica todo tipo de estratagemas que consiguieron que miles de judíos escaparan de una muerte segura a manos de los nazis.
Como primera medida y valiéndose del decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924, en virtud del cual todos los judíos sefardíes que lo solicitasen obtendrían la nacionalidad española y que, dicho sea de paso, había dejado de estar en vigor el 31 de diciembre de 1930- así Sanz-Briz consiguió otorgar pasaporte español a los pocos judíos de origen sefardí que vivían en Budapest, salvándoles así de la deportación.
Como sólo encontró a 45 sefarditas, Sanz-Briz empezó a dedicarse también a judíos asquenazíes (judíos de la Europa central) que eran mayoría en Budapest, extendiendo pasaportes temporales y salvoconductos a todos los judíos de Budapest que se acercaban a la Legación española al correrse la voz por toda la ciudad de que allí se otorgaba protección a los judíos, así emitió miles de cartas de protección que garantizaban inmunidad a sus portadores.
Angel Sanz Briz, (Zaragoza, 1910) fue destinado en 1939 como encargado de negocios en El Cairo, hasta que en 1943, fue trasladado como secretario a la legación española en Budapest, donde se convirtió en el nuevo Encargado de Negocios asumiendo la representación diplomática española en 1944.
Desde su puesto puso en práctica todo tipo de estratagemas que consiguieron que miles de judíos escaparan de una muerte segura a manos de los nazis.
Como primera medida y valiéndose del decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924, en virtud del cual todos los judíos sefardíes que lo solicitasen obtendrían la nacionalidad española y que, dicho sea de paso, había dejado de estar en vigor el 31 de diciembre de 1930- así Sanz-Briz consiguió otorgar pasaporte español a los pocos judíos de origen sefardí que vivían en Budapest, salvándoles así de la deportación.
Como sólo encontró a 45 sefarditas, Sanz-Briz empezó a dedicarse también a judíos asquenazíes (judíos de la Europa central) que eran mayoría en Budapest, extendiendo pasaportes temporales y salvoconductos a todos los judíos de Budapest que se acercaban a la Legación española al correrse la voz por toda la ciudad de que allí se otorgaba protección a los judíos, así emitió miles de cartas de protección que garantizaban inmunidad a sus portadores.
Mientras luchaba por poder sacar de Hungría a todos aquellos a los que se había otorgado protección -bien mediante pasaportes, o simplemente entregándoles un salvoconducto en los que se les reconocía el derecho a la nacionalidad española y por tanto a la protección por parte del gobierno español- y ante los continuos problemas que acontecían, decidió alquilar hasta 11 edificios a los que colocó la bandera española y la leyenda "Anejo a la Legación de España. Edificio extraterritorial". Sanz-Briz insistía en que había que hacer respetar la inmunidad dada españolidad de las casas y ante el más mínimo incidente presentaba una nota de protesta ante el Ministerio de Negocios Extranjeros.
Sin embargo, a finales de noviembre de 1944, el gobierno español, ante la inminente caída de Budapest en manos del Ejército Rojo, ordenó a Sanz Briz abandonar el puesto y trasladarse a Suiza. Así Giorgio Perlasca, ciudadano español honorario en virtud de ser veterano voluntario del cuerpo italiano en Guerra Civil Española, que había estado ayudando a Sanz Briz en sus tareas de protección de los judíos, continuó su labor utilizando documentos de identidad españoles falsificados por él mismo, en los que declaraba ser el cónsul español en Budapest. Perlasca consiguió que estos judíos siguieran a salvo hasta que el 16 de enero de 1945 los soviéticos entraron en Budapest.
Posteriormente, Sanz Briz continuó su carrera diplomática: fue destinado a San Francisco y Washington (Estados Unidos), Lima, Berna, Bayona, Guatemala, La Haya, Bruselas y China (1973, donde fue el primer embajador español). En 1976 fue destinado a Roma como embajador de España ante la Santa Sede, donde falleció el 11 de junio de 1980. En 1991, el Museo del Holocausto Yad Vashem de Israel distinguió su acción y reconoció a sus herederos el título de Justo entre las Naciones, inscribiendo su nombre en el memorial del Holocausto. Un libro de Diego Carcedo “Un español frente al holocausto. Así salvó Ángel Sanz Briz a 5.000 judíos.” Recuerda su historia, además un instituto de Enseñanza Secundaria de Casetas (zaragoza) lleva su nombre
Sanz ha pasado a la historia como el Schindler español, aunque, en justicia, a Oskar Schindler debiera llamársele el Sanz Briz alemán. Ya que Sanz Briz multiplicó por cinco la lista de Schindler.
No fue el único, Fernando Díaz Villanueva, nos recuerda que hubo más diplomáticos españoles que se la jugaron por una causa tan justa como quimérica en aquellos tiempos de barbarie. En Berlín José Ruiz Santaella arriesgó su vida para ayudar a los judíos alemanes perseguidos. En Sofía, Juan Palencia desafío a las autoridades nazis, salvó a 600 judíos búlgaros hasta que fue declarado persona non grata y expulsado del país. En París, Bernardo Rolland de Miota consiguió arrancar 2.000 judíos al Gobierno de Vichy y trasladarlos al Marruecos español. En Atenas, Sebastián Romero Radigales sacó 500 judíos del país enfrentándose con el todopoderoso embajador alemán. En Bucarest, José de Rojas y Moreno se tomó tan en serio la protección de los sefardíes que mandó poner en las puertas de sus casas un cartel con una leyenda que no dejaba lugar a equívocos: "Aquí vive un español". Pues ya lo saben...
7 comentarios:
http://www.1mensajes.es/ref_1342749.html
Me sorprendes jeje...realmente empiezo a dudar de que escribas tú estas cosas...porque yo un día conocí a alguien que negaba el holocausto :P
¿Holo qué?
Ese libro de Diego Carcedo... que describe la bandera nacional como rojigualda con el yugo y las flechas en el centro, lo escribe dos veces, y se queda tan ancho.
Interesante artículo sobre el español Angel Sanz Briz y el italiano Giorgio Perlasca.
alguien me podria decir alguna frase que halla dicho el propio Ángel sanz briz ?
o frase sobre la paz que halla dicho el?gracias
Muy interesante...
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