Centro Gallego de La Habana

En el corazón de La Habana, en pleno Paseo del Prado (hoy José Martí), frente al Parque Central y ubicado entre el Capitolio Nacional y el histórico Hotel Inglaterra, se alza majestuoso e imponente el Centro Gallego de La Habana.

Elocuente ejemplo de la trascendencia, que en la isla de Cuba, alcanzó la colonia gallega. Otrora motivo de orgullo de propios y extraños, hoy sombra de su orgulloso pasado, es víctima del acontecer de la Isla de Cuba. La revolución de Fidel Castro lo convirtió en Liceo de la Habana Vieja y Gran Teatro de La Habana - Teatro Garcia Lorca-, y sede del Ballet Nacional de Cuba.

Inaugurado en 1914 -obra del arquitecto Belga Pool Berriv- se construyó en estilo neobarroco. Su fachada principal tiene 4 grupos escultóricos -obra de Joseepe Moran- de mármol blanco, que representan alegorías de la beneficencia, la educación, la música y el teatro. El equilibrio de sus elementos, balcones, ventanas, cornisas, la proporción de sus torres y la unidad de sus molduras, son fieles jalones de la profunda impronta que la institución dejó en la isla.

El 21 de Enero de 1872, los gallegos residentes en territorio ultramarino de Cuba fundarían -formalizándose en los salones del Casino Español de La Habana-, la “Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia”. Cristalizando, el 29 de Noviembre de 1879, un proyecto mucho más amplio, el de un centro regional, “Centro Gallego de la Habana”, que “desde o seu nacemento, foi o grande exemplo do galegismo do exterior, e paseniñamente foi medrando para se converter nun auténtico poder galego na illa, e en toda América”.

Desde su comienzo, en 1880, promueve la cultura, desde 3 secciones “de Recreo y Adorno”, “de Declamación” y “de Instrucción”, ésta última al cargo de una biblioteca, una escuela de instrucción general, y otra de idiomas, que en 1881 ya se hacía cargo de 109 alumnos, a pesar de contar el Centro con solo 701 asociados.

Al poco tiempo crea una sección “de Lírica” y otra “de Filarmónica” con cometidos folclóricos, haciéndose cargo de lo que queda de la coral “Ecos de Galicia”. Además en el Centro Gallego de La Habana nacerían la bandera gallega, el himno gallego e incluso una Asociación Iniciadora y Protectora de la Real Academia Gallega...

 En 1884 extiende su labor fuera de la isla, contribuyendo desde entonces al mantenimiento en España de la “Sociedad de Salvamento de Naufragos”, o por ejemplo, ayudando a Rosalía de Castro -entonces en una precaria situación económica-... amén de un sinfín de actuaciones humanitarias, como el envío de ayuda humanitaria, en 1888, a las provincias de Lugo y Orense, devastadas por unas fuertes lluvias.

En 1889 cuenta con una escuela para 895 alumnos. Aunque el centro ya daba cobertura sanitaria pagando los diversos tratamientos que sus socios necesitaban, no será hasta 1894, cuando el Centro Gallego adquiriría la clínica médica “La Benéfica” para servicio de sus asociados.

Posteriormente, en 1905, compra el Teatro Nacional (antiguo teatro Tacón), en pleno corazón de La Habana, por 525.000 pesos oro americanos, además adquirirá terrenos y edificios adyacentes. 

  En el año 1906 funda una caja de ahorros, y en 1909 se configura como una entidad bancaria con el nombre de “Caja de Ahorros y Banco Gallego”, que en 1914 cuenta con fondos superiores a los 3 millones de pesos oro.En el año 1907 se colocó la primera piedra de su edifico-sede, finalizando, en 1913, las obras del Palacio Social y en 1915, las del Teatro. A estas alturas mantenían el denominado “Plantel de Concepción Arenal” que cubría clases de enseñanza primaria y clases nocturnas de corte y costura, comercio, taquigrafía, etc, además de una “Academia de Bellas Artes” y una “Academia de Música” elevada al rango de Conservatorio Nacional.

 En 1920, el Centro Gallego contaba con 64.000 socios y con un poderoso emporio, no en vano, el primer presidente de la Cuba Independiente, Tomás Estrada Palma, acudió con su gobierno a la sede del Centro Gallego, el mismo día de su toma de posesión.

El centro contó con su propio hospital, la denominada “La Benéfica”, que en la década de los 50 contaba con 13 pabellones y un promedio diario de 650 enfermos: hoy es el lamentable y decrépito hospital Miguel Enríquez, además de clínica universitaria.

La revolución cesaría al Centro Gallego como institución en noviembre de 1961, que por aquel entonces, contaba con unos 52.000 asociados, apropíandose de un ingente patrimonio en forma de un hospital, el teatro, el palacio de la sede, el banco, otras sedes sociales... que, de cara a la galería, pasarían a engrosar la lista de "logros" de una revolución, y que sin embargo, habían sido fruto del esfuerzo, el tesón y la generosidad, de un puñado de gallegos.
¿Por qué le dedico un especial al Centro Gallego de La Habana?... mayormente porque mi bisabuelo, D. José López Torre, fue uno de sus socios fundadores y, al contrario que Fidel y sus correligionarios, si colaboró activamente -espiritual y económicamente- al engrandecimiento del mismo: tanto en las aportaciones para el palacio social, como en el impulso del hospital del centro (hoy decrépito hospital Miguel Enriquez).